domingo, 19 de mayo de 2019

Soñando meditabundo

Es irrisorio pensar en ciertas paradojas, como el vacío que dejan tras de si las grandes celebraciones, como una culpabilidad que nos acecha y castiga por una felicidad etílica y efímera, tan volátil como liberadora, tan abstracta y tan humana. Somos seres sociales, y lúdicos, somos espectros deseosos de ser vistos, somos nada sin nadie, y lo descubrimos después de estos excesos, en la soledad de la resaca, resacas emocionales. Observando el lienzo de un techo homogéneo pintamos en él nuestras elucidaciones, una introspección edulcorada por el etanol y nuestras carencias, un dogma escondido tras nuestra genética. He aquí, quizás, una de las razones del alcoholismo, el porqué alguien desearia vivir sumergido en la embriaguez, circunscrito a la órbita de una botella, viviendo por siempre en la precuela, en el abismo de una felicidad química y quimérica, en las fronteras de la reflexión pero sin cruzarlas... cobardes, cobardes y débiles, puedo llegar a entenderlo, pero nunca lo respetaré, huir nunca es en vano, la vida no es lo que hubiéramos querido... ¿y qué? No por ello tenemos derecho a rendirnos, la realidad es nuestra, para que la moldeemos o nos amoldemos, la supervivencia implica lucha, evolución, transfiguración, el mundo está en constante cambio, cambiemos con él.
Sin el vacío nos deshumanizamos, este nos presiona, nos empuja a espacios oscuros, nos enseña una perspectiva que intentamos ignorar, abalanzándose cuándo nos sentimos más vulnerables, cuando los ecos de lo que fuimos su funden con nuestros sueños frustrados. En el vacío nos desnudamos de nuestras premisas, de nuestro yo ulterior, dejamos de ser quien creemos ser para dejar sitio al yo que habita nuestras cavernas más lúgubres, la hegemonía de los conceptos se funde aquí con la intransigencia de la realidad, no creamos que el mero hecho de existir, de ser, nos hace dignos de vivir, solo el que aprehende la lógica de la nada tiene derecho a habitar la inexistencia de la vida, en la sombra de nuestra luz, a militar en el vacío de nuestras noches de insomnio.