En un desesperado y homónimo grito de
auxilio mudo invito a mis musas a danzar delirantes apoplejías en mi
cerebro, por que quiero y por que puedo, por que nada está perdido
excepto lo que nunca volverá, por que solo soy la sombra de lo que
hubiera querido ser, por que entre las sombras me siento vivo y
muerto. Y en la pluralidad de un mundo que no entiendo me
refugio en la antiuopía de mi incomprensión, cual exiliado sin patria
a la que volver, peón de un tablero que no encuentro. Y ante los
acantilados de nuestro intelecto caemos rendidos en la inmensidad de
un océano de conocimientos, nos sentimos entonces tan
insignificantes, tan cruelmente vulnerables que el atisbo del
horizonte se nos asemeja al infinito de una realidad que nunca
podremos discernir. He aquí la belleza y la desesperación de una
vida que nunca comprenderemos totalmente y frente a ella un
estoicismo nacarado de recuerdos y un crepúsculo al que nadie escapa.
sábado, 20 de diciembre de 2014
domingo, 24 de agosto de 2014
El paroxismo del mañana
Todos somos vulnerables, pero muchos no
sabemos a que. No tenemos miedos, tampoco temblores, no tenemos alma
ni vemos colores, vivimos en la intemporalidad de un atrezo gris. Sabemos que amamos y que odiamos, pero a veces no,
somos unos apáticos selectivos, somos cadáveres andantes. Vivimos
respirando y nada más, intoxicándonos, con múltiples y diversos
venenos: alcohol, tabaco, estupefacientes, amor... Solo sabemos que
andamos buscando algo, muchas veces sin saber qué, pero sabemos que
hay un objetivo que algún día descubriremos, seguimos una senda
buscando el destino para el que fuimos concebidos, somos seres
finitos que saben que caducarán, somos hojas que tarde o temprano se
marchitarán... No tenemos miedo
de morir, solo de envejecer, y puesto que sabemos que esto sucederá
me suicido un poco mas rápido que la mayoría abrazando los extremos
de la realidad, por que en esta vida prefiero morir viviendo que
vivir muriendo.
miércoles, 23 de julio de 2014
Prosopopeya de un mañana lúgubre
Nada es eterno, ni la felicidad ni el
dolor. Y partiendo de este dogma exprimamos la esencia de las sombras
como hicieron los dioses barrocos, fluyamos en la luz de nuestros
días más claros, vivamos en esa onomatopeya de sonrisas llamada
felicidad, no desaprovechemos la luz ni la oscuridad. Volemos en el
frenesí de abrazos y adioses, un mar de besos y lagrimas, una utopía
por construir. Seamos más fuertes que el destino, seamos más
inocentes que la vida, seamos niños que olvidaron crecer, ancianos
que olvidaron lo superfluo, almas veleidosas flotando en el porvenir.
Sonrío pensando en el dolor, pues este tan solo duele cuando
intentamos rechazarlo, lo hago mio, lo hago puro, lo hago eterno, lo
hago leve; sonrío aún más recordando mi felicidad añeja, cual vino
que mejora con los años, pues nada de lo que perdemos se pierde
totalmente. Ante las desdichas de la vida sólo el cobarde se
amedrenta. Ante la fortuna de tiempos dorados sólo el cobarde teme
que su suerte cambie. Sólo quien teme al propio miedo no es capaz de
vencerlo. Seamos pues valientes, seamos pacientes, seamos
inteligentes, seamos lo que queramos ser.
viernes, 13 de junio de 2014
Mártir barroco
Me llaman oscuro, me llaman solitario,
me llaman inadaptado. Me llaman muchas cosas y nunca me llaman para
saber de mis tomentos.
Soy alguien único, y no por eso mejor,
soy alguien único, por que nadie quiere ser así. Soy la mariposa de
mi dolor, tinieblas que no se extinguen. Soy muchas cosas, para bien
o para mal, soy muchas cosas, y nada en realidad. Las palabras rigen
mis exasperaciones, sus lúgubres epifanías me deslumbran con una
luz tan opaca que ni el crepúsculo de la felicidad resquebraja su
mantra. Y en los océanos de idealismo suicida danzan las mas bellas
creaciones líricas. Mi don es mi castigo, mis alhajas mi
desesperación, pues cuanto más se ha perdido más innato nos es
crear. Escribir se ha convertido en una adicción insana, en una fuga
de pletórica ausencia, porque, cuanto más solo estoy, más próximas
me son las palabras, y, cuanto más solo me siento, más cerca del edén
me encuentro. Escribo por que no soy nada más, escribo por que anhelo
la muerte y la inmortalidad, escribo porque es lo único que me salva
de la vida, escribo porque soy escritor. Sólo ante las palabras y
solo ante las palabras uno es quien realmente es.
viernes, 23 de mayo de 2014
Sin rumbo ni destino
Me siento perdido, en este mar seco. Ya
no lucho, ya no sigo entero. Sucumbo a la podredumbre y los químicos,
me evado de la realidad por que no soporto formar parte de ella.
Perdí hace mucho ya las ganas de seguir adelante, perdí mi fortaleza
y ya solo respiro. Lucho contra las cadenas que me apresan, cadenas
inmateriales, cadenas dolorosas. He sucumbido a la autodestrucción,
busco novedades que me hagan sentir algo, algo que no sea solo este
vacío. Un hueco en mi alma, un eco lúgubre en mis pensamientos. Lo
que antaño fuera negación de firmes convicciones hoy es una nueva
experiencia, un nuevo error. He expandido mis horizontes, he salido de
mi zona de confort, de mis protuberancias mentales. Busco la forma de
destruirme, la forma de que mis latidos vuelvan a acelerarse, la
forma de sentir de nuevo calor en este frío invierno eterno. Ya sea
químico, ya sea mental, todo lo que siento son pantomimas
mistificadas, falsas promesas de un futuro brillante, recuerdos de un
pasado ajado. Nómada de conciertos, cerveza en mano y sonrisa etílica
en la cara, felicidad embotellada que me aísla de la monotonía
diaria. Ruido que me ensordezca, que oculte el gong sonoro de mis
pensamientos, ruido que ofusque mis ideas y sus locas vocaciones.
Busco una utopía de incalculables paredes, un destino donde la vida
sea algo más que levantarme de la cama, una existencia más allá de la
obsesión de una búsqueda enigmática, un camino que no rompa mis
zapatos.
viernes, 21 de marzo de 2014
Cogollo entre fármacos
¿Qué es la locura? Me pregunto leyendo
lo que escribes, locura seria no apreciarlo. Locura es diferir de los
cánones, locura es ser único y especial, y de eso te sobra. Locura
es no callar, es no ser un peón más, es no conformarse con esta
pútrida sociedad. Locura es no encajar con la mayoría, locura en no
formar parte de la mentira pactada de una realidad prefabricada.
Locura es ser uno de pocos, y eres irrepetible. Locura es romper los
esquemas, superar las expectativas, y no hay escala para medir tu
profundidad cognitiva. Locura es no ver tu alma a través de tu carne,
locura es no querer diseccionar tu cerebro verbalmente, locura seria
perderte y arrepentirme por siempre. Locura es haberte encontrado,
locura es haberte esperado toda mi vida, y no es una locura, es un
sueño hecho realidad. Locura es encontrar un diamante en la
oscuridad, es encontrar la perfección entre tanta miseria, milagro
revelado en el ateísmo de los suspiros. Locura es la quimera onírica
de tu mente, sofisma oculto entre tanta marioneta. Locura es la
perfección confeccionada entre tus palabras, locura es un edén que forjas
con tus ideas. Locura es que existas. Locura es lo que siento por ti.
viernes, 21 de febrero de 2014
Patrimonio intelectual
No lo puedo evitar. Voy por la calle
juzgando, criticando para mis adentros sus estilos de vida, sus
tendencias capitalistas, sus vocaciones sistemáticas. Los veo formar
parte de algo y los odio, miro con cara de desprecio y una mueca de
asco sus caras, sus vestimentas, todo lo que los rodea. Camino
invisible a sus doctrinas, por callejones y avenidas, observando a mi
alrededor y no veo más que sucios peones, marionetas sonrientes en su
zona de confort. De todos los sexos, religiones, etnias y edades. Son
el mismo perro con diferente collar. Me imagino que tendría que ser o
como tendría que ser para formar parte de esa amalgama y pienso si
quizás no seria mas feliz, pero no, no venderé mis ideales por algo
tan banal como la felicidad, sofisma reiterado por el consumismo y el
lavado cerebral televisivo. Sigo asqueándome con esa gente que se
encuentra por la calle y finge interesarse por esos conocidos, no
sabéis nada el uno del otro, fingís interesaros por trivialidades y
todo para que, para sentir que formáis parte de algo, para sentir que
no estáis solos, para darle un mínimo de sentido a vuestras insulsas,
raquíticas y despreciables vidas. No puedo evitarlo, simplemente todo
me repugna, el gris monótono de las calles, esos prototipos del
capital, números en una tarjeta de plástico, no sois más que eso,
alimañas desgastadas por las cadenas del capitalismo. Solo valéis
como estadísticas, no sois más que dígitos y sonrisas falsas,
chaquetas de marca, zapatos que respiran y para que, tanto consumismo
para que llegue final de mes y seáis vosotros quien casi no podáis
respirar y quienes os consumís en vuestras deudas y miseria. Y
mientras, mientras os apartáis de mi por las calles, me veis como
alguien que rompe vuestra comodidad, vuestra sociedad perfecta, un
error social, alguien peligroso, pues no amigos, y digo amigos por no
despreciaros con mofas elaboradas, yo soy un reducto, de los que no
queremos callar, de los que no sucumbimos a vuestra homogeneización,
de los que no nos rendimos por un mundo mas cómodo, de los
que vosotros criticáis, somos y seremos los que nunca encajamos en
vuestra realidad de algodón de azúcar rosa, somos la escoria con la
que quisisteis acabar pero por mucho que lo intentéis volveremos a
brotar. Somos los renegados, los que conservaremos esa llama de odio
en nuestra mirada, esos con los que no queréis que se junten vuestros
hijos, esos que cuando veis venir os cambiáis de acera, a los que
miráis con aires de superioridad en la lejanía y les susurráis
agravios, esos que cuando se acercan a vosotros calláis y rezáis para
que pasen de largo. No somos peligrosos para vosotros, pero si para
vuestros estilos de vida acomodados y aburguesados, no sucumbimos a
vuestros finales felices de cuento y desenlaces de Hollywood, no nos tragamos
toda la mierda con que nos han intentado convencer, no han conseguido
lavarnos el cerebro, no han conseguido adormecer nuestras
conciencias, nunca dejaremos de ser nosotros mismos, jamás seremos
alguien prefabricado como vosotros, no seremos los autómatas que queréis que seamos.
miércoles, 19 de febrero de 2014
Primavera hipocondríaca
Voy a hacer un pacto con las horas, que
no pasen si tu estas, que no existan si te vas. Voy a ver las
mariposas, ebrias de primavera, revolotear bajo el Sol dorado. Y las
flores cantando aromas dulces en pétalos de gala, disfraces de
carnaval policromáticos. Voy a ver el verde puro y natural, más
brillante que nunca, romper los resortes del invierno, alzarse
victorioso de su letargo, centinela adormecido de un pasado y frío
gris. Voy a pasear por el campo mientras las golondrinas saludan en
idiomas incomprensibles, contaré las nubes y su blanquecina estampa,
ecos mudos de algodón forjado, sonrisas puras de vapor quebrado.
Saldré corriendo cuesta abajo, cruzando mares de miel primaveral,
sentiré el viento deasliñándome el pelo y acariciando mi dermis,
sentiré un abrazo que se escurre bajo mi camiseta, sentiré un
escalofrío cálido y mi piel erizándose, seré un dios sin Olimpo que
olvidó su esencia, seré un loco corriendo en la pradera, seré un
loco feliz, seré yo mismo, no seré nadie mas.
martes, 21 de enero de 2014
El vorágine de los enigmas
Rompo el resorte físico para
adentrarme en el psicológico. Rompo la barrera de la carne para
hundirme en el de las doctrinas. Busco ideas en esquinas cerebrales,
mendigas de atención, de oídos altruistas. Busco en el cementerio
de los ideales un zombi que no se resigna a permanecer bajo tierra,
un ideal devora-cerebros, una sombra putrefacta que anhela ser luz.
Sigo adelante, mis pasos son mi camino, mi camino el caminar. Pisando
fuerte, abrazando aun más fuerte, gritando al miedo, rompiendo esta
maldición de odio. Seguiré buscando un oasis extravagante entre la
monótona arena, buscando nubes que me recuerden algo por lo que
luchar. Saltaré al vacío sin más alas que un optimismo inventado.
Mi fe quebrada será el velero hacia utopías oníricas, el viento mis
suspiros. Seré un tripulante sin brújula ni cartas náuticas,
marinero rudo forjado en las tempestades de la existencia, corazón
ajado en la decepción, corazón recompuesto en piezas de segunda
mano, la mano que me ayuda a levantarme cuando caigo. Zarparé de un puerto añejo
a un mar neófito. Seré medianoche; su Luna y su derroche, seré
mediodía; su Sol y su energía, seré la nada y seré el todo, seré
el horizonte por el que nacen y mueren los días, seré un fantasma
clandestino y su sombra, seré la mariposa de mi metamórfico pasado.
martes, 7 de enero de 2014
2014
Un nuevo año. Comienza el 2014. Estoy en
mi silla en la terraza, con mis botas recostadas en la barandilla,
rompiendo el azul cerúleo de un cielo homogéneo, pensando. El sol ruge con
fulgor de león áureo, el aire frío coloniza mis pulmones, pero el
humo nicotínico defiende su metrópolis en una encarnizada batalla muda.
Fumo un cigarrillo mientras mis ojos vidriosos recuerdan los años
pasados y lo caprichosa que es la vida, se ondea el pretérito de
añejas vivencias, se limpia el polvo del cajón de los recuerdos y se entreabre, se
evocan sonrisas y sonrisas, sonrisas de alegría, sonrisas
melancólicas. Pero el mundo hoy es demasiado claro y perfecto, y el
porvenir se presenta radiante como para caer en el abismo del
desaliento. Frente a mi los cimientos de mi futuro, y detrás la
experiencia, y ahora mismo, ahora mismo solo un cigarrillo y una
utopía. Seguiré cayendo, seguiré levantándome, y es que cuantas más
veces se cae más se aprende a levantarse, catedrático del alzamiento
me proclamo; seguiremos soñando, seguiremos durmiendo, seguiremos
amando, seguiremos sufriendo, seguiremos viviendo, seguiremos por
siempre, nunca nos rendiremos.
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