El amor es un contrato. Todo aquel que
ame o haya amado sinceramente y con su última gota de sangre lo
sabe. El amor es un egoísmo insólito, una fuga de hastíos, un túnel
a la felicidad. Pocos saben cuan infeliz se puede llegar a ser por
amor, cuantas lúgubres noches en vela vivieron amantes de antiguas
realidades, cuantas almohadas y sabanas habrán sufrido la explosión
de elixires salados estallando en rocío contra su superficie. Y es
que el amor mas que un sentimiento es una condena, una adicción, una
enfermedad. Solo el que haya amado hasta donde se funde lo incurable
con la obsesión conocerá el verdadero significado de esto, solo
quien haya sucumbido al insomnio y el vacío es capaz de comprender
las acrobacias de la desesperación y el ahogo. El olvido, vocablo
inexistente en el diccionario de los enamorados, capítulo rasgado en
el manual de la superación anímica, fragmento perdido del tapiz de
dicha docencia, condena a sus discípulos a una teoría no cerciorada. Los vencidos aprendimos, enhebramos armaduras, pieza
a pieza, decepción a decepción, nos encerramos en nuestro dolor,
aprendimos a usarlo, nos hicimos insensibles y apáticos, aprendimos a
rendir culto a la indiferencia. Mi mentor Cioran dijo en cierta
ocasión: Mi desgracia consiste en que deseo ser decepcionado en amor
para tener nuevas razones de sufrir. Y cierta es dicha proposición,
fuente de algoritmos psicotrópicos, la mente de los inmolados expuesta a la
divina erudición del amor evoca dogmas refinados en el dolor de sus
cerebrales factorías. Extinguido pues el filón de la inocencia, el
yacimiento de la confianza se clausura para jamás volver a abrirse,
se sacrifica pues el futuro porvenir en pos de la ataraxia y la
soberbia de la inquebrantabilidad de un corazón frágil y
cicatrizado, se bloquea pues el acceso a la vulnerabilidad, se
cierran las fronteras hasta el amor, se deja de sufrir por amor pues
se deja de confiar en él. Quizás estos dogmas de obstinado desánimo,
fruto prematuro a las desdichas sufridas en las carnes espirituales,
sean solo sofismas de alguien que aún no ha conocido la centella
áurea de un alma honesta y leal. Dicho esto el sarcófago de la
vida espera con las puertas abiertas el frío abrazo de alguien que
sin razones para seguir respirando seguirá dotando al mundo de su
porción de dióxido de carbono.
domingo, 22 de diciembre de 2013
martes, 3 de diciembre de 2013
El síndrome de Poseidón
Es un frío jueves de diciembre. Voy por
la calle, no hay nadie. Camino invisible bajo ninguna mirada, el
mundo esta aletargado. El aire gélido llena mis pulmones con la pureza
del hielo polar. Avanzo entre callejones, sobre baldosas, bajo un
cielo lúgubre. Avanzo entre el gris triste del cementerio urbano y
arboles desnudos, avanzo entre
fachadas descorchadas y calles polvorientas. La urbe y su adherencia,
la podredumbre del hombre. Paso tras paso cruzo aceras, pasos de
peatones, mares de asfalto, mi propia epopeya en Suburbia. Sigo con
la mirada clavada en mis pies, viendo nacer y morir cada tesela de un
suelo agonizante, veo sus vicisitudes y su vejez, veo sus fracturas y
quiebros, metáfora obstinada de la existencia, crónica trágica de
la verdad. Me planto frente al mar y su infinito, me despojo de mis
zapatos y salto a la arena. Las partículas de la playa cosquillean
mis pies desnudos, el aire salobre inunda mis pulmones y el Sol
centellea pintando mosaicos tigrescos en los médanos de oro en
polvo. Me deslizo entre las dunas a escala como un gigante en un
desierto, me acerco a la orilla y siento la tierra húmeda acariciando
mis dedos, siento la brisa desaliñándome el pelo y mi alma vagando
en cada centímetro de ese edén. Cierro los ojos y extiendo los
brazos, me proclamo adicto a esa quimera, me declaro indefenso ante
tal titan, me declaro ajeno a ese paisaje, me declaro insignificante
ante tanta perfección.
jueves, 31 de octubre de 2013
El cajón de los dogmas
Buscamos el conocimiento, como un árbol el Sol. Crecemos bajo su luz, florecemos bajo su incandescencia. Y volamos, entre hojas, de papel mecanografiado, de historias estenotipiadas, de sueños vertiginosos. Caemos en abismos con alas líricas, surcamos mares con la dulzura de una golondrina que interpreta serenatas indescifrables, y planeamos en libros de cuero envejecido y hojas polvorientas. Nos zambullimos en universos prosaicos con la ilusión del que no conoce el porvenir. Crecemos y crecimos, leyendo, imaginando, soñando. Rompemos el resorte de la vida para entrar en el de la eternidad. Gritamos sonrisas, lloramos muertes, vidas de papel, vidas de tinta, vidas inmortales. Conocimientos lo llaman los fariseos doctos, sofistas desgarrados por la intemporalidad de sus decepciones; y no es más que felicidad, lo que ocultan esas paginas, no es más que perfección lo que encierran sus palabras, y es que, cuanto más se sabe más se desea saber.
viernes, 27 de septiembre de 2013
Éxtasis de zafiros
Manantial cerúleo,
de las luces lúgubres,
tus diamantes reos,
del ayer y del deseo.
Cielo vítreo sin sus nubes,
ni su sol, ni sus pesares,
brillan menos veinte lunas,
que su cornea y sus lunares.
Hielo, si, pero sin frío,
desgarrando corazones,
congelando sus latidos,
encendiendo sus pasiones.
Vuelan taciturnas nieves,
de esclerótica blancura,
impecable lienzo laico,
de un divino provenir.
Hollín encarcelado,
su pupila, himno ahogado,
mutismo resignado,
a las sonrisas y el agrado.
Síntesis de antinomias,
bagatelas invertidas,
su azul, blanco y negro puros,
son catarsis de este mundo.
-Tuve la sensación de que podía caer dentro de aquellos ojos. (Bukowski)
de las luces lúgubres,
tus diamantes reos,
del ayer y del deseo.
Cielo vítreo sin sus nubes,
ni su sol, ni sus pesares,
brillan menos veinte lunas,
que su cornea y sus lunares.
Hielo, si, pero sin frío,
desgarrando corazones,
congelando sus latidos,
encendiendo sus pasiones.
Vuelan taciturnas nieves,
de esclerótica blancura,
impecable lienzo laico,
de un divino provenir.
Hollín encarcelado,
su pupila, himno ahogado,
mutismo resignado,
a las sonrisas y el agrado.
Síntesis de antinomias,
bagatelas invertidas,
su azul, blanco y negro puros,
son catarsis de este mundo.
-Tuve la sensación de que podía caer dentro de aquellos ojos. (Bukowski)
sábado, 24 de agosto de 2013
Vértigo nocturno
Una despedida sorda,
un sollozo que se escapa,
un suspiro que lo alcanza,
una carrera sin meta.
Una lágrima que se desliza,
una risa sin alegría,
un frió que reconforta,
una cama que me entiende.
Una vida que ya no es vida,
un futuro de cianuro,
un palacio de lamentos,
y un tormento sin sus labios.
Un aroma destilado,
del amor y del pasado,
un recuerdo ya ajado,
por el odio y el engaño.
Un futuro rubicundo,
solo existe en otro mundo,
este ya solo prisión,
de mi alma y corazón.
-Sueño
a veces con un amor lejano y vaporoso como la esquizofrenia de un
perfume... (Cioran)
viernes, 23 de agosto de 2013
Noches de insomnio
¿Y si jamás vuelvo a amar igual? ¿Y si
jamás vuelvo a amar? No creo que nunca más pueda amar tanto como amé,
no creo que pueda idolatrar nunca más a alguien, mi diosa me
traicionó, mi propia fe fue mi tumba. Jamás podré arriesgar tanto de
nuevo, jamás me expondré de la misma forma. ¿Pagarán pues inocentes
por pecadores? Es posible, es probable. Quizás nunca debí confiar,
quizás nunca debí sucumbir al amor y sus desdichas, me hallé abrumado
por una felicidad vulnerable, una tormenta de sonrisas y llantos, una
eopeya de final dramático. Habría cruzado mares, y montañas, y
cielos por ti, habría renunciado a todo, incluso a mi mismo por ti,
habría olvidado ser yo para ser nosotros, habría dejado de lado el
mundo entero y sus misterios. Curiosa forma tiene la vida de
aleccionarnos, curiosa y cruel, más cruel que curiosa, quizás solo
cruel. De todo se aprende suelen decir, y ¿Quién ha dicho que yo
quisiera aprender? Yo solo quería ser un estúpido feliz, que mi
inocencia fuera mi virtud mas luminosa, que mi confianza fuera mi
dádiva y no mi cruz. Y sigo aquí, cabeza alta, pecho erguido, alma
rota. ¿Podré algún día olvidar? ¿Podré al menos ser indiferente? Lo
dudo. Será una llaga abierta en mi mente por siempre, será una herida
que jamás cicatrizará del todo, será una enfermedad incurable, seré un adicto crónico a los paliativos. No habrá princesas, ni reinas, ni
diosas, no habrá amor, felicidad ni ilusión. Tendré una vida agria,
una existencia amarga, nunca creeré de nuevo en la felicidad, no
al menos acompañado. No hay belleza en la dependencia, solo el dolor
posee esa pureza macabra. Mi orgullo no me dejará caer, tampoco
levantarme, estaré desfalleciendo eternamente sin siquiera rozar el
polvo de la desesperación, y esa será mi mayor desesperación,
permanecer en un limbo anímico de paredes inexistentes. Nunca volveré
a compartir lecho con su dermis, no reinaré en los palacios pupilares
de sus vítreos soles de ébano, ni sus suspiros serán brisa en mi pelo
desaliñado, no rozaré su pelo en cascadas de desesperantes caricias
elaboradas ni su vida será mi obra maestra. Solo antaño, solo
los recuerdos, solo el pasado dará pie a sonrisas y suspiros, a
lágrimas y noches en vela. Nunca seremos dos de nuevo, jamás volveré a ser yo mismo.
-Mezcla de anatomía y de éxtasis, apoteosis de lo insoluble, alimento ideal para la bulimia de la decepción, el Amor nos conduce hacia hampas de gloria. (Ciorán)
lunes, 29 de julio de 2013
La fruta más dulce
Buscamos eso a lo que algunos llaman
felicidad. ¿Pero acaso sabemos realmente lo que es? ¿Hay acaso una
generalización posible en hablar de este sentimiento o estado de
ataraxia perfeccionada? ¿Es acaso el hedonismo una ciencia exacta?
Creo que no. Somos miles de millones, diferentes y únicos, una
amalgama de heterogénea homogeneizada y catalogada de sociedad. ¿Pero
que es la sociedad? ¿Es acaso un esfuerzo por meter en el mismo saco
a los que desean entrar en él y a los que morirían por no residir
entre sus inexistentes paredes? Un prolijioso tema nos confina aquí,
mas no es este el tema que deseo abordar. Hablaba de la felicidad.
¿Por qué ansiamos tanto obtenerla? ¿No hay acaso metas mejores?
Claro que si, pero las metas nos otorgan esa felicidad también. Así
pues, tanto si logras tus metas como si no, puedes ser feliz.
¿Entonces hay diferentes órdenes de felicidad? ¿Hay categorías para
clasificar la felicidad? ¿Podemos entender la felicidad como un
hiperónimo? La felicidad es una manzana verde. Cada bocado nos da un
placer ácido, de una dulzura casi espeluznante, y la manzana no es
infinita, pero su placer efímero si. Quizás hay gente a quien no le
gusten las manzanas, siendo metafórico me refiero a quien no le gusta
el placer. Pero esta gente no existe, solo es una máscara. Sigamos; la manzana
es limitada, y su exterior es mas sabroso que el interior, a esto le
llamo yo proyecto de futuro; me explicaré: cuando muerdes una
manzana por primera vez su sabor es indescriptible, jamás morderás
una manzana mejor, pues lo mismo ocurre con el placer; cuando no hay
con que comparar siempre se engrandecen los recuerdos. Volviendo al
axioma que me acontece; la mazana. La manzana como he dicho es mas
sabrosa en su exterior, una mala idea desde un punto de vista filosófico
pensareis ya que tendría que residir lo mejor en el interior. No exactamente. La manzana de por si es el placer, a veces
pueden estar más verdes, a veces pueden estar más maduras e incluso a
veces pueden estar podridas; pero hay algo que todas comparten: las
semillas. La manzana es solo un vector, su dulzura es solo una
minúscula porción de lo dulces que son. Si miramos desde un prisma
intemporal y pasando por alto nuestra limitación biológica podemos
llegar a la idea de que esa manzana surgió de otra manzana, y esa
otra de otra y así casi indefinidamente. La manzana es tan dulce
como su predecesora, como la que antaño cediera su semilla a la
voluntad de los suelos para convertir-se en árbol. Pero si nos
abstraemos, ¿no es acaso esta manzana todas las que el siguiente
árbol producirá? ¿No es acaso la suma de todo el placer que las
manzanas del nuevo árbol dará? En efecto, y esto se aplicará a las
siguientes generaciones así como a la manzana que dio a luz el árbol
del que nació esta. Así pues solo intento transmitir que la manzana
posee un placer oculto, un placer que se ha de cosechar, y lo mismo
sucede con la vida; quién no sepa cosechar este placer no dará
cabida al árbol que lo sucede. Placer, hablo de placer, no de
felicidad. Mentira. No hay felicidad sin placer, la felicidad en si
es placer, no podemos crear la felicidad pero podemos cultivar su
combustible; el placer. Entiéndase el placer de una forma
trascendente y no trivializada. Entiéndase el placer como la suma de
todos sus posibles caminos, todas sus infinitas posibilidades. Por
tanto aprovechemos cualquier ocasión que podamos para morder la
manzana; amor, cultura, naturaleza, amistad... sin olvidarnos luego de su corazón, de su proyecto
altruista, de su vocación placentera, sin olvidarnos de regar nuestra
propia felicidad.
De lo malo lo bueno y de lo
bueno lo mejor.
sábado, 15 de junio de 2013
Avenirs d'alabastre
Cremarem somriures falsos,
en la nit d'un dia etern.
Volarem entre les roses,
procurant no defallir,
com abelles cridant himnes,
xiuxiueigs d'idioma buit.
Traçarem destins inerts,
bategant somnis de tela,
sota pluges d'estoïcisme,
sobre un món submís i incert.
Cridarem al nord i al sud,
potser també als quatre vents,
cridarem paraules roges,
elogis de sol naixent.
Víctimes de l'esperança,
la presa és depredador,
d'il·lusions, virtut, rigor,
d'amistat, família, amor.
Cels perennes caducats,
creuen ritmes desbocats,
guerra de núvols translúcids,
cotó fluix immaculat.
Records que mai no s'esborren,
somriures que tornaran,
paraules que ja no se senten,
petons que s'oblidaran.
miércoles, 22 de mayo de 2013
El jardí dels despertars
He trobat un tresor que no existeix. Es
diu llibertat i no és el seu nom. Un dolor transfigurat, un calfred
infinit, una rialla intemporal. Una plenitud indesxifrable com estels
que fan pampallugues, un circ d'emocions, una orquestra de
somriures. Passejo pel camí del destí, despreocupat, feliç. Pas
rere pas, entre la llum, entre l'esperança, entre sospirs i carícies, entre la vida. Inspiro aromes dolços, de pa recent fet, de
flors eclipsades, de mar embravit, perfums inextricables, somnis
vaporosos... i ballo, saltant de rajola en rajola, de record en
record com qui no ha conegut mai el dolor, i fujo d'uns ulls capbussant-me en una mirada, escapo d'un somriure lliscant per uns
llavis deïcides, i els peons es tornen reis i reines, del seu propi
taulell, de la seva existència. El món mai més coneixerà el patiment,
una epidèmia d'estoïcisme s'expandirà per aquesta terra, una
malaltia espatllada; correrem com nens que mai han patit, brotarà la felicitat dels qui no tenen preocupacions, un amor impersonal.
I els arbres ens saludaran, agitats, entusiasmats, mentre els ocells
reciten poesies incomprensibles, i l'alba mai s'acabarà, i la foscor
no existirà. Creuarem els carrers cridant, cridant que som feliços,
que res ens pot enfonsar, que mai més ningú ens esgarraparà l'alegria, que ningú podrà fondre la il·lusió que hem forjat. I
d'equipatge un somriure i l'alegria, i viatjarem pels camps de la
ignorància, on la llum enlluerna i no cega, on la calor rugeix i no
crema, on el vent despentina i acaricia l'herba, on els somnis
llisquen entre les flors d'una eterna primavera. I dormirem, a
l'ombra d'un vell roure, entre els fils de llum que s'escapoleixen
entre ses fulles, i la brisa, còctel de mil perfums, ens extasiarà,
esborronant la nostra pell, inundant els nostres pulmons d'un
deliri d'aromes enredats. Les mans sobre aquell terra pedregós i
sorrenc, aspre i còmode, llit oníric, i l'herba, brotant entre els
dits, carícia artificial, eterna treva. Un formigueig a les
cames, un parpelleig despreocupat, una respiració submisa, un Elisi de
percepcions, un mar de pleonasmes acrílics, un quadre atípic, una vida que es consumeix, un món d'emocions que
exhaurir.
miércoles, 8 de mayo de 2013
Reflexión de un maníaco
Caminamos, siempre estamos
caminando. Autómatas despojados de su humanidad, marionetas de la
química, vagabundeando por el blanco pasillo estéril, el pasillo
clínico de la dulce desesperación. Caminamos por el cementerio de
la soledad, el olvido menos metafórico que he conocido, la prisión
de los barrotes de cristal, el presidio del aburrimiento mas
exasperado que jamás conoceré. Maldigo cada eterno instante en este
lar, donde el Sol es el lujo de nadie, su calor que solo nos acaricia
a través de la vitrina que son nuestras ventanas, sin paño, para
que el viento sea solo el recuerdo de un suspiro que anhelamos.
Segundos como horas en este purgatorio, del que somos mártires,
eternidades de efímeros instantes, relojes congelados, relojes de
tiempo estropeado, tiempo que no avanza. Esta cárcel sin alambre
produce más locura de la que confina. Este insoportable aislamiento,
no hay un mundo fuera de este, no quieren que lo veamos... La rutina
es el pan del día, un pan duro, seco y común. Y si la rutina es el
pan, la locura es la especialidad del chef; una menestra de
trastornos, una sopa de condescendencia con trazas de bondad. Nos
tratan bien, como animales de zoo, un espectáculo, con nuestro más
tedioso defecto: tener conciencia... daría mi cordura por ser el
tigre inofensivo acostumbrado a su jaula, por ser la bestia salvaje
adaptada a la cautividad. Pero no puedo. Quizás mi cordura es lo que
me enloquece, quizás deslizarme entre estos prototipos
descatalogados sea mi heroica epopeya, pues sus cantos de sirena atrayéndome hacia sus arrecifes de demencia son sofismos corrosivos
difíciles de eludir. ¡Maldita sea! Donde esta el libre albedrío, aquí
solo veo normas impuestas, negaciones inflexivas y prohibiciones
crueles. Generalizar, uno de los pecados más grandes jamás
inventados, dejadme sentir de nuevo la libertad, dejadme calzarme de
nuevo mis zapatos y respirar de nuevo el aliento del mundo, el
murmullo de las calles, el aroma del gentío. Dejad que la realidad
me golpee con contundencia y la libertad me desgarre con su altruista
zarpa imparcial, dejadme ser el mendigo de todo antes que el rey de
nada. En estas camas no descanso, solo duermo, vuestra comida ni me
sacia ni me nutre, solo me da la energía que no quiero para seguir
soportando esta gota malaya, una tortura, una condena que me acerca día a día a una locura a la que me niego a sucumbir.
Confinado en Pandora,
quizás esto no es más que una pesadilla, un sueño vil que no llega
a su clímax, una espiral de decepción sin culminación aparente, un
confinamiento despótico cual campo de concentración, y concentrado
estoy, más que nunca, pues nada más tengo ni puedo hacer, solo este
aliado de grafito. No se nunca que hora es, el día apenas. Nunca creí
en el cielo, y sigo con esa convicción, pero ahora creo en el infierno,
pues solo me hace falta levantar la vista, y es que si esto no lo es, es el purgatorio, y si sigo errado es el preludio de estos. Nos
vendieron la antiutopía de que el infierno era una tortura eterna,
ahora entiendo que la tortura es la eternidad en sí, un concepto
difícil de explicar si no se sufre en las propias carnes... seamos explícitos; todos hemos sentido dolor físico, este es el que nos
recuerda que estamos vivos; nos amenazaron con un dolor insoportable
por toda la eternidad, es decir una vida de sufrimiento. Yo estoy
viviendo el desconsuelo de no vivir, sin libertad, sin dolor, sin
sentir. Al punto al que ansiara llegar; la eternidad, un concepto
aparentemente objetivo, mentira, no sabéis que es la eternidad. La
eternidad no es el tiempo infinito, es un tiempo que se hace
infinito, apenas una semana recluso más larga que mi corta vida de
dos décadas, joven y estúpido pensareis, si, pero objetivo y
desesperado, condenado por el delito de nacer, el pecado original.
Condenado por ser heterogéneo; por discernir de los cánones, por ser
alguien que repudia la enfermiza normalidad en el sentido menos
abstracto del vocablo. Una tara de la sociedad por ser crítico, por
ser conformista en lo que no esta socialmente aceptado. Una lobotomia
de amenazas, no dejarme salir hasta que cumpla sus requisitos,
obligado a ceder a sus ordenes y erguir una vida que no es vida. Chantajeándome con su tiránico poder impuesto, moviendo mis hilos
tras su antifaz de bata blanca, tomando las riendas de mi destino,
redirigiendo mi existencia y yo asintiendo en silencio, como un
esclavo, callando para recuperar mi libertad que es lo único que
deseo. Pocos acontecimientos rompen la monotonía que degüella mi
alma, ambos efímeros: las visitas y la noche; estas primeras me
otorgan una pequeña fracción del mundo exterior, me recuerdan que
tengo que seguir luchando y resistiendo, que la espera valdrá la
pena, mi segunda salvación; la noche, me exilia de la pesadilla
desterrandome al sueño, me acerca un poco más al fin de esta
penitencia antirreligiosa, me acerca a la vuelta a la realidad, una
pesadilla que cesa para dar paso al siguiente tedioso amanecer. Esta
es mi "vida" si se le puede llamar así, este es mi mundo,
el reino de los fantasmas de carne, la cruzada de la desesperación,
EL BLOQUE...
jueves, 18 de abril de 2013
Un Bukowski utópico
En un arrebato Bukowskiano arremeto
contra mi impúdica vida, desmenuzo mi subconsciente, me asiento en la
soledad del día y vuelo entre mis fantasías nocturnas, la soledad y
el sexo, lo real y lo onírico. Solo necesito estar solo, quizás algo
que beber, y puede que hasta algo que escribir; con eso puedo vivir,
con eso puedo hasta ser feliz, en mi castillo de trastornos, en mi
cama de clavos. Y por la noche, ah, la noche... ese páramo oscuro en
el que la luz más tenue deslumbra, esa pesadilla de la que no
queremos despertar, ese olvido entre sabanas y estrellas, el paraíso donde nuestra mente psicótica golpea con delirios nuestros sueños,
ese lugar donde los recuerdos se forjan y los destinos se inventan.
En ese elíseo de sexo y acantilados, de irrealidades y marionetas,
esa obra capital que nunca escribiremos, bailo, entre mis delirios
como pez en su acuario, como dios en su Olimpo. Toda la compañía, todo lo que deseo, todo lo que temo, toda mi vida esta allí, en las
noches de demencia, en esas horas opacas, diamantes en la oscuridad.
Todo lo que amo es eterno, y yo soy inmortal, en esos sueños si
muero despierto y despertar es morir, solo espero no ser condenado al
insomnio o a la vida, y si por desgracia el veredicto no me satisface
apelo al abogado etílico y a las nubes canábicas. El ensueño, ese
lugar por el que mataríamos, ese rincón en el que nos desterramos y
en el que desearíamos permanecer o morir, mas no somos tan valientes
como para privarnos de no volver. Y me despierto de nuevo, de la
noche al día, del sueño a la pesadilla, de vivir a sobrevivir.
Marginado en este mundo, emperador de mis noctambulas exasperaciones,
me levanto, buscando algo, quizás amor, no lo creo, abro la ventana,
me fumo un cigarrillo recostado en el borde, el frío hiela mi pecho
descubierto, miro el sol, me ciega, sonrío y muero.
miércoles, 3 de abril de 2013
Enardecimiento de una fragua de errores
¿Qué quedará?, ¿Recuerdos? ¿Sueños
que nunca se realizarán? Si. Eso y mucho más. Momentos que
planeamos juntos. Una vida que ya nunca será igual, películas por
ver, noches que compartir, días que vivir juntos. Sonrisas que ya
nunca verán la luz, lágrimas que ya no desperdiciaremos, abrazos
que ya no darán calidez, besos que ya no nos erizarán la piel. Nos
arrugaremos, envejeceremos sin pena ni gloria, y recordaremos con nostalgia incluso tristeza. Encontraremos esa persona con quien
compartiremos la vida, será solo un substituto. La Luna llorará esa
luz fría y amarillenta, amarillenta como nuestras fotografías, ya
nunca nos sonreirá, no pintará nuestras sábanas, nuestros cuerpos
en la noche. Recordaremos escépticos esas caricias, esos abrumadores
"te quiero", las cosquillas, la panegírica felicidad.
Recordaremos los errores, querremos morir por destruir esa utopía,
ese filo acústico nos degollará, nuestras canciones serán punzadas
en nuestro vientre, serán gritos en nuestra memoria, serán llantos
en nuestra cama. Y ese purgatorio no se extinguirá, se consolidará
en nuestra mente, y la proeza de mis suspiros escamoteará el crisol
temporal de nuestros proyectos malogrados. Se suscitarán fantasías quijotescas, sofismas de una irrealidad. Desdeñaremos la morbosidad de las palabras, esas que fueron conjuradas, esas calumnias
preconizadas en la veleidad del antojo. Eso fui yo, el antojo del
verdugo en el cadalso, tú, epígono de la Inquisición, torturadora
erudita. Pero el tiempo mitigará esa aflicción, seculizará mi
adicción y nacerá una insurrección de paz, cual Decembrista
adulterado. Mis poemas degenerarán en invectivas, alegatos vanidosos
y querellas heterodoxas, un híbrido entre arte y odio, una bella
simbiosis decrépita. La prerrogativa del trance sera el prefacio de
un nuevo despertar, una sublime metamorfosis, una artificiosa
exasperación. El estigma mental capitulará, el detrimento se
desvanecerá en las antípodas del ineluctable tiempo, y el hastío
fallecerá. Y el hallazgo del preciosismo, cosmogónica literaria,
destilará mis impurezas, jadeará agonizante extrínsecas apoteosis.
El Sol arderá pues es su vocación, impúdicas sonrisas brotarán,
apotegmas despóticos del mutismo nostálgico. Me resignaré a exultar
la existencia, al himno evocado por las estrellas, esas que una vez
fueron nuestras. Seré el alquimista, el patriarca, el despojado, el
desterrado, seré el hombre que un día creyó en el charlatanismo y la
mistificación, el que cayó en el frenesí de algo que nunca
existió. No saldré indemne de esta encarnizada batalla de recuerdos
y sonrisas, me desglosaré en anomalías, deploraré esa apátrida
sensación, de no pertenecer a ningún corazón, abdicaré de mi
féretro espiritual, la tentativa de volver será colosal, la de
quedarme mayor. Ahondaré en mi desollada alma, cazaré a ese raquítico
asceta que cohabita en mí, esa lacra que me limita. Sucumbiré al
éxtasis de la literatura, onomatopeya del concepto, me consagraré a
la aridez del papel y la tinta, verborrea de dioses. Y un día me
levantaré, y el olvido se apoderará de mí, castigo imperativo, ya
solo serás un nombre reiterado. Por lo que respecta a ti un día en
el ocaso de tu vida, cada amanecer te será insulso, porque no tendrás a
quien te enseñó a dejarte seducir por ellos... ese día volverás a
ser tú, te invadirá una hegemonía de elucidaciones, ese día el
sudario rasgará tu piel, ese día sabrás que moriste hace tiempo, que
moriste sin haber vivido, ese día sabrás que fracasaste en la
ordalía, sabrás que cometiste el peor ignominio y llorarás por el,
llorarás por él. Descubrirás que no hay sucedáneo en el amor, y
que la expiación es solo un subterfugio, no habrá ya remedio para el
remordimiento y la pena, deplorarás haber perdido lo que nunca podrías recuperar, y pasarás tus últimos días deseando sucumbir o al
olvido o a la muerte. Y el viento gritará su nombre, y la vida que debiste haber vivido se postergará al ensueño, te darás cuenta de que
huiste del oasis persiguiendo un espejismo, y que ahora te hallas
perdida en el desierto, sola entre la gente, esperando el último aliento...y te
ahogarás, en un mar de arena y un océano de lagrimas...
sábado, 23 de marzo de 2013
El viento
Tú, suspiro, grito ahogado,
que agitas el bosque, el mar,
tú, aliento de aroma mixto,
que inspira y hace volar.
Las golondrinas cortan tu estampa,
navegan sin capitán,
danzan, bailan y titubean,
vuelan, es su único afán.
Tú, que lo acaricias todo,
dime como son la nubes,
algodón blanco insonoro,
o el Olimpo de los dioses.
¿Qué eres tú más que una brisa?
¿Qué soy yo si tu no estás?
¿Qué es el mundo sin tu aliento?
Sólo un mar sin olas ya...
domingo, 10 de marzo de 2013
Él, plutarca de desdichas
¿Qué hay? ¿Qué hay
para mí en este mundo? ¿Qué hay que no produzca arcadas? No hay
nada. En mi cama, sarcófago mullido, levito, entre problemas, entre
decepciones, entre afilados recuerdos que me desgarran. ¿Cómo
olvidar lo inolvidable? ¿Cómo perdonar lo imperdonable? ¿Estoy
siendo retórico? No. Si lo sabéis por favor deslumbradme con vuestras
adamantinas convicciones, iluminad a este oscuro asceta, hacedle caer
de nuevo en la mentira pactada de la felicidad. Matadme o liberadme, y en
caso de que ambas se traduzcan en lo mismo no escatiméis en piedad,
yo seré el saco, regaladme vuestra violencia, quebrantad mis huesos,
devastad mi piel, arrasad mi vida, liberad mi alma. Dejadme sentir mi
sangre hirviente enfirarse sobre mi tez, que se apague el mundo, que
el telón se baje. Dejadme sentir el frío, ese frío artificial, ese frío de melancolía, ese gélido pavor. Sentir cómo se eriza mi piel,
cómo un ditrámbico escalofrío recorre mi columna y rompe mi inmovilidad, cómo la vida se escabulle entre mi labios, en un suspiro
ahogado. Palabras, notas y sábanas... mis fieles compañeras en
noches de insomnio, mis preciadas cadenas, lo único que me ata a
esta existencia; mi cárcel, mi salvación, mi tortura. Desatadme, de
la vida, dejadme huir de esta pesadilla, como diría el dios Miguel
Hernandez: Tanto vivir en la ciudad de un puerto, si el corazón
de barcos no se llena. Quiero un adiós, sencillo, apresurado,
quiero un letargo, eterno, perfecto.
miércoles, 6 de marzo de 2013
El antisistema sistemático
Elegías de trapo, recortes de un adiós, un Dios que llora, un Dios que grita, un Dios que no existe. Espíritu carbonarista de una sociedad de bienestar, el quijotismo de los revolucionarios actuales. Un voto de socialismo edulcorado de espíritu anarquista que no entiende de ideales, unos proscritos del sistema movidos por sus hilos. No existe el revolucionario en sí, solo el pre-revolucionario tiene el don y la maldición de perseguir un sueño, puesto que la utopía del sueño esta en su inlograbilidad. No hay pues meta que no se marchite cuando se logra, no es la meta el fin sino el camino, una rosa cuya belleza esta en su efímera existencia, una perfección que se desvanece en el olvido. Y, puesto que no existe el verdadero revolucionario, la revolución es una mera pantomima, solo el inconformismo y la rebeldía que lo preceden brillan en la oscuridad; la revolución es tan brillante que deslumbra; ciega a sus incitadores y posee a sus seguidores, pues la revolución no es una moda pasajera, no es una guerra de masas, es una lucha de clases, un cementerio de valientes. ¿Cuántos genios se han forjado en los gritos del proletariado?¿Cuántos héroes se han erguido en un océano de adulaciones?¿Cuántos han desenterrado el hacha de guerra solo para ser reconocidos? Demasiados. Demasiados. Demasiados.
sábado, 2 de marzo de 2013
Inmortales
Y hoy lloro tus pasos,
mañana solo recuerdos,
aguacero de latidos,
esfinges de hielo.
Lluvia y letargo,
un beso amargo,
luna que grita,
esponjoso socorro.
Aúlla la almohada,
canciones de cama,
susurra el camino,
pelean los pinos.
Chimeneas mestizas,
dolor y caricias,
puertas de humo,
arde el mundo.
Degüella al júbilo,
un filo de ayer,
se corta el hilo,
se eclipsa el papel.
La mente que muere,
inerte la tez,
un cuerpo que quiere,
condena de juez.
Un juicio baldío,
un ajedrez vacío,
una mesa coja,
un árbol sin hojas.
Raíces de piedra,
polvo en la acera,
nubes que lloran,
pesar de desván.
Las horas no vuelan,
Ícaro cayó,
su yerro fue grande,
su mito mayor.
Que la tinta sea el elíseo,
y el papel la sepultura.
Que sus nombres no se olviden jamás.
Que la muerte no sea el final.
domingo, 17 de febrero de 2013
Un mendigo llamado Adiós
Es
tan estrecha la mente que por ella ya solo fluyen datos, se acabaron
la noches de demencia, solo conceptos, adiós ideas, ideales donde
estáis, quizás muertos como Bach, como Shakespeare, como Kant, si
los dioses mueren por que nosotros vivir, cual es aquí nuestra
cruzada, si la batalla que lidiamos es nuestra vida infecta que nos
detiene y nos apresa. Como anhelaba yo cadenas que rasgaran mi piel y
se clavaran en mis huesos, antes que este bozal mental al que llamo
actuar, que obra tan odiosa estoy obligado a representar; sus actos
son condenas, su guión la guillotina y es así como los buenos
acaban sin propina, verdugo abstracto la sociedad, porque me tachas
de ser Don Tal, ¿y ese desprecio?, ¿y esa frialdad?, solo soy
heterogéneo, ¿por qué queréis manchar la tez de este triste
artista que solo quiere volar?, libre pues de esta prisión volaré
cual mariposa, huyendo por la ventana, hasta que mi cabeza rompa las losas.
lunes, 11 de febrero de 2013
El escritor
Un
don por castigo,
es
la lengua del mestizo,
del híbrido que
late,
de
la palabra y el arte.
La
belleza, la perfección,
una
mentira, una ilusión,
un
destino sin meta,
el
pecado del poeta.
Y
en los malabares desesperados,
de
rimas y vocablos,
una
vida que se consume,
y
un sueño por consumar.
miércoles, 6 de febrero de 2013
La rosa
Roja
tú, roja mi sangre,
brotando
entre tu alambre,
de
púas, de cárcel.
Rojo
el desconsuelo,
de
acariciarte y no poder cogerte,
roja
mi mano,
por
querer cortar tu tallo.
Y es
que la rosa no es rosa,
sin púas y
roja.
jueves, 17 de enero de 2013
Temps
El
temps és la moneda de canvi de la vida, és el preu de
l'experiència, la sang de Cronos. Un segon un gra de sorra, un raig
de sol...son només conceptes abstractes definibles objectivament, el
temps no és una mesura, és una sensació, el temps no es viu,
s'utilitza, el temps és un bon aliat i un poderós enemic, es la
quimioteràpia que et salva i destrueix al mateix temps. El
tems esdevé intransmutable, és una corrent, un flux, una equació.
Intentem entendre'l, no podem, intentem controlar-lo, es impossible,
intentem aprofitar-lo, sens escola entre els dits sense adonar-nos.
Ens lliguem a aquest per una simbiosi psíquica, intentem que les
nostres humils vides durin el màxim possible, prioritzem la
quantitat i oblidem la qualitat, recordem instants fugaços i anhelem
la seva eternitat, intentem viure infinitament sense aprofitar el dia
a dia i el regals que se'ns atorguen a cada mil·lèsima de segon, no
gaudim del present atormentant-nos pel passat, no vivim el present
planejant el futur, no fruïm el present i quan ens adonem ja es
massa tard...
Sóc res?
Per
començar, seria adient fer una petita presentació per seguir les
normes establertes de l'educació. Hola, bon dia, sóc ningú, un
nom, un cos, un record que un dia seré, un peó més. A continuació
podria dir que sóc millor que la resta, que posseixo virtuts i
habilitats innates respecte a l'altra gent, que sóc especial.
D'altra banda, també podria dir que sóc Déu i no aniria pas mal
encaminat, el nostre egocentrisme tendeix a incrementar la percepció
del que fem i/o som, creant una imatge idealitzada de nosaltres
mateixos, podríem conseiderar-ho com el photoshop del subconscient.
La nostra autoestima ens empenta a la prepotència; per sort o per
desgràcia, jo sóc seguidor i esclau del pessimisme, un hereu del
pensament de Schopenhauer, que ha extingit la meva autoestima i
esperança a fràgils reductes en missatges subconscients, somnis;
per sort, això ha forjat en mi una humiltat indestructible i una
visió critica que m'aïllen de tot i de tots. Molts m'ignoraran,
alguns em criticaran, pocs intentaran entendre'm i només jo ho
aconseguiré; per sort, d'ells només necessito la seva indiferència.
D'altra banda, posseeixo un cercle reduït de relacions per
necessitat d'aparentar; una família irracional, que creuen viure en
una utopia, il·lusos... amics, pobres d'ells, veig en els seus ulls
i en la seva entonació signes de calidesa, em sento malament per no
sentir res per ells, excepte fidelitat. Em pregunto què sóc. Si sóc
un home més enllà de la meva anatomia, per què no puc estar dins
els cànons?, per què no puc ser normal en el sentit menys abstracte
de la paraula?, per què no puc sentir el mateix que ells?, per què
questa indiferència?, per què? També hi ha en aquest cercle, en el
seu centre, la meva estimada, una màritr de les meves mentides,
piadoses, però mentides al cap i a la fi, sóc fidel, detallista i
tot el millor que algú pot demanar de parella, però estic buit, no
sento amor, no sento res, excepte el que fingeixo sentir, ho intento
fins a defallir, però no aconsegueixo sentir felicitat més enllà
de la química dels plaers físics, una hormona, un enzim, una toxina
que inhabilita temporalment el meu pessimisme.
M'aixeco
cada dia del meu panteó amb parsimònia. Deixo enrere el meu altar
sagrat, el llit que em proporciona la calma i repòs que em fan
falta. Em vesteixo amb la meva roba ampla i m'aïllo, em protegeixo
amb el meu escut; uns auriculars, que em proporcionen la
tranquil·litat que mereixo i la indiferència que necessito. Surto
de casa en direcció al purgatori, un nou i monòton dia de
socialització, un dia més de callar i aparentar, una obra que es
repeteix cada dia on desenvolupo el meu paper amb una precisió
mil·limètrica, el paper que tant odio; però, què hi farem, és
l'única manera de que no em demanin explicacions i em concedeixin la
ignorància que exigeixo en silenci. Seguiré mimetitzant la vostra
actitud, fingiré ser un de vosaltres utilitzant aquesta màscara
perquè no em jutgeu ni em titlleu d'estrany, perillós, diferent...
I
aquest escrit desapareixerà en l'oblit, es perdrà en el temps com
el meu cos, i el meu record es difuminarà, i només quedarà de mi
una fotografia esgrogueïda pel temps i un nom gravat en una làpida.
Escrit presentat a l'edició del premi Sambori Òmnium del 2012.
Crisol de graznidos
Por querer amar tu
estampa,
estirpe de luz polar,
corazón que vuela
aullando,
forja de erosión mental.
Por romper bigas de
helechos,
corazón sin remisión,
hallé un templo que
gritaba,
en lares de un tenue
adiós.
Un sinfín de acordes
rotos,
melodías sin tesón,
esculturas de humo y
bruma,
plumas de arcángel
senil.
Grazna cuervo, grazna
empero,
sol que ruge, sol servil,
luz que no aclara tu
abrigo,
negra tinta de mi atril.
Puerto sin embarcaciones,
cementerio cervical,
de tus labios
extraviados,
y tus besos de cristal.
Un fugaz redoble ahogado,
en nubes de rosas recias,
llanto que nace
eclipsado,
dramaturgo sin tintero.
Mi piel que ya no se
eriza,
no olvida tu tacto afín,
secretos de amor y
brasas,
grabados a fuego en mí.
Transeúnte deslomado,
de carga sentimental,
árbol que llora hojas
secas,
otoño que siembra sal.
Ruiseñores que
especulan,
un destino que se fue,
marionetas que torturan,
a un titiritero cruel.
Dulce parca ven a mi,
bailemos un vals sin fin,
quebremos estepas yermas,
prediquemos en latín.
Un adiós de oro y
ceniza,
tácito albor demencial,
la pasión que muere en
vano,
lecho de pino y metal.
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