miércoles, 17 de julio de 2019

Aforismo peónico

Me ejercito en la incomprensión para ocultar mi simplicidad, y es que no hay más triste desdicha que la maldición de la normalidad, la recurrente sensación de no ser único, de una mediocridad que nos esclaviza y nos derrite el alma. Nos aislamos, nos alejamos de todo y todos, buscando un silencio en el que escuchar nuestra voz propia, en el que ahondar en nuestra consciencia. Es cuando nos sentimos más solos y vacíos que podemos ser más objetivos, cuando nuestro juicio se esteriliza, cuando podemos mirar dentro de nosotros mismos y hallar una epifanía que nos condene a seguir vivos, que carbure nuestro instinto de supervivencia atrofiado y oxidado, que nos haga ver, por lo menos, un amanecer más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario