domingo, 13 de enero de 2019

2019

Un nuevo año. Por enésima vez. Uno nuevo, viejo, reinventado...
Sigo acumulando unos de Enero en mi cuenta corriente vital, sigo contando con los dedos los fragmentos de mi yo de ayer olvidados con cada uno de ellos. Sigo cambiando, quizás no lo que fui pero si lo que soy y lo que seré. Sigo con mi metamorfosis aunque nunca dejaré de ser crisálida.
Ya no fumo, ni llevo puestas mis botas, ni estoy en la terraza... me conformo con el vaho de mis suspiros estirado sobre un muro de piedra; la localización es nueva pero el cuadro es solo el garabato tiznado de un ayer remoto.
Un nuevo año. Así comienza mi 2019. Sigo escribiendo mi historia, capítulo a capítulo, letra por letra. Sigo como en cada nuevo inicio recordando de dónde vengo, haciendo una pausa para hacer retrospectiva; para tomar nota de mis fracasos y triunfos, depurando mi modus operandi y destilando la esencia de lo que un día quiero llegar a ser sin dejar de ser yo mismo.
Sigo trabajando en los cimientos de mi futuro, aún no he empezado con su obra, pero ya he empezado con la preparación del cemento. Aún no se que edificio erigiré con mi vida, si serán unos cartones o un rascacielos, pero lo que si se es que será sobre unos cimientos sólidos que puedan albergar cualquier cosa, no dejaré que mis dudas forjen mi futuro ni mi legado, si algún día soy mendigo será sobre mi propio suelo, si algún día soy dios será en mi propio cielo.
Aún sigo con mi inexistencia, sin objetivos y sin sueños. Se que puede sonar vacío, pero solo el vacío puede llenarse, sigo a la espera de mi propia epifanía, pero no la espero recostado e indiferente; la espero caminando, paso a paso, reto a reto. Se la dirección pero no el rumbo, transcurro por una ruta aproximada, eludiendo y superando obstáculos, acortando mi distancia hacia una meta que aún no se me ha manifestado, fabricando el "yo" digno de mi destino oculto.
Sigo levantándome de mis caídas, con mis rodillas despellejadas... pero no todos los golpes son malos, ni todos buenos, con los años y mis tropiezos he aprendido a levantarme, y lo que es más importante: he practicado mi equilibrio. Estoy ahora instruyéndome en el arte no caerme, o al menos no tanto.
Sigo y seguiré, caminando, cayendo y levantándome, seguiré sin rendirme, seguiré hasta la victoria o la muerte, sigo y seguiré siendo lo que fui... sigo y seguiré, siendo hasta ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario