sábado, 4 de abril de 2020

Memento mori

Me pregunto si después de esto seguiremos siendo los mismos, como individuos y como sociedad, me pregunto si el aislarnos nos hará más impermeables cononáriamente o si por el contrario nos dará un empujón para revaluar nuestras prioridades, para revalorizar lo que se daba por sentado y añorar, aún más, nuestros fantasmas del pasado.
Están siendo unos días extraños, días en los que la memoria está jugando un papel protagonista, todos pensamos en los instantes vividos en familia, en antiguas batallitas con nuestros amigos y en amores suspendidos en el tiempo, pensamos en si somos quien queríamos ser, si hacemos lo que deseábamos y si cambiaríamos, o más bien que cambiaríamos, de lo que nos ha hecho llegar a donde estamos hoy; que decisiones habríamos tomado o no, que palabras habríamos pronunciado o callado, que instantes querríamos haber suprimido o alargado hasta la extenuación.
El pasado se fue y el presente está congelado, ¿cuándo la historia vuelva a fluir seguiremos en la misma película o la cinta será otra? ¿cambiará el argumento? ¿los personajes? ¿se vislumbrará lo que debió ser y no fue? Quien sabe... Las epifanías no cambian el pasado, nuestros pecados y decisiones siempre nos perseguirán, como una sombra que cubre nuestro devenir; solo queda la voluntad de cambiar y la esperanza de redimirse, no es mucho, pero cuando todo vuelva a girar por algo se debe empezar... Una cerveza, un abrazo, y quizás una sonrisa que diga todo lo que nosotros no sabemos decir...

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